Adaptaciones Mentales

El interactuar continuamente con gente y más gente por trabajo es un continuo adaptarse a lenguajes y formas de ser individuales, es percibir diferentes formas (casi incontables) de comunicación. Pero siempre se trata de gente con la cual yo NO ELIJO interactuar. Y lo que siento es que con la mayoría, se trata de intentar adaptarse a su "chapisitud"...
El ejemplo de hoy es sólo uno de varios que me ha tocado conocer (o padecer). Hay casos extremos y casos más suaves, pero es un continuo desgaste y juego mental, como cuando uno trata de pensar o hablar como niño para hablar con un pendejito. Yo por más intolerante que soy, en estas circunstancias trato de adaptarme, sólo en contadas ocasiones se me va la adaptación al carajo. Pero sin más preámbulos, pasemos al caso que hoy nos ocupa.

Me toca cobrarle a un socio del hospital por Saavedra, a quien ya lo tenía como "medio raro" en base a visitas anteriores, pero bueh, qué se le va a hacer, es trabajo.
Me atiende y me dice que no va a pagar más porque lo atendieron pésimamente y se va a ir a quejar y quiere saber adónde. Y cagamos, me abre la puerta para que pase ("¿para qué?", pienso yo). Entro y me dispongo a darle el número de teléfono para que llame (que el tipo ya lo tiene en los papeles que se le dan cuando se asocia) y me empieza a contar con detalles el episodio que motivó su decisión. Que la doctora era una rayada que no respeta los turnos sino que atiende por orden de llegada, que después lo atendió otro doctorcito, que era un "boludito", etc. etc. etc. Yo ya me empezaba a inquietar y la diarrea verbal seguía. Se iba a otra pieza a buscar papeles para mostrarme, primero un papel con el nombre de alguien que le escribieron para que se quejara. Después va y me trae otro papel con el turno que le dieron para el 12 de julio... El tipo se iba a cada rato y yo me quedaba ahí solo en el comedor pensando "¿Qué carajo estoy haciendo acá adentro? Tendría que estar caminando afuera, libre como el viento y no acá preso".
Y siguió. Los temas surgían de la nada. De repente me encontré escuchando la historia de un doctor eminencia a quien él conocía y tomaban mate juntos y que se murió de cáncer a pesar de ser oncólogo. El hijo de puta tenía una foto del médico abajo de un vidrio ahí en la mesa y me la mostraba... Qué bueno...
Por momentos parecía que iba "redondeando el concepto" (?) y yo como que acomodaba mi carpeta ilusionado, pero ¡ZAS!, agarraba y empezaba con otra cosa. Se daba vuelta para mostrarme más papeles o boludeces (y yo gesticulaba desesperado ante las cámaras de mi TV Freakland imaginaria) y empezó a leerme frases. Sí, frases que tenía por toda la casa escritas en papeles que colgaban de las paredes o ventanas o donde sea. Una de Einstein, que la estupidez humana es infinita (sí, sí, estoy parado frente a la prueba de eso), una de esas frases pelotudas que están por todos lados, de que "las grandes obras las hacen los genios locos, las disfrutan los...no sé qué y más palabras al pedo", y el tipo me la leía. Como 4 veces me la leyó, aclarando que él la modificó un poco, porque una parte era hiriente y le agregó cosas, y me detallaba su contribución al pensamiento contemporáneo. A esta altura yo ya empezaba a pensar hasta cuándo aguantaría y empezaba a avisorar el momento de gritar "¡BASTA!". Mientras tanto, profería una serie de monocordes "Mm", "Ajá", "Sí", "Claro", "Je", y cosas así, que no parecían desincentivar al engendro. Y continuaba, hablando de salud, del mundo, de lo que fuera, los temas le brotaban como la pus de forúnculo infestado de hipopótamo. Me dijo que la gente no tenía que usar tanto el transporte, que en otros países no es así y que no hay que usarlo porque el pavimento se rompe y es caro y el combustible también, lo cual derivó al tema del precio de la nafta en Estados Unidos y en que Bush les está subiendo el precio y va a terminar destuyendo a USA:
-"Yo lo digo siempre y me dicen que estoy loco" (¡Es que estás loco, la puta que te parió!) Y de Bush el tema pasó a ser la guerra y me adelantó que "la guerra va a ser bacteriológica". Yo ya estaba medio muerto en vida, pero aún encontraba palabras en mi disco duro para seguir poniendo mientras mi mente trataba de ausentarse de ese lugar. Y hasta comentaba los efectos de los agentes químicos y su capacidad destructiva.
-"Yo ya estoy podrido, me voy a ir de este país pero antes quemo todo" (!!!!), seguía divagando.
Finalmente, pude darle el número y traté de cerrar todo el evento. Hasta creí que no iba a ser necesario utilizar medidas drásticas. Tuve que aguantar un par de arranques más de eyecciones de palabras pero el tipo comenzó a moverse hacia la puerta y de a poco me estaba volviendo el alma al cuerpo (y mi mente empezaba a volver a mi cráneo). Pasaban los minutos y estábamos cada vez más cerca de la puerta, hasta que la abrió y vi la luz (en todo sentido). Me seguía hablando, de que se va a ir del país, de que en el hospital "x" había otro boludito "y", etc.
-"Y bueno, es así, hay en todos lados, que va a hacer, bueno...", trataba de cerrar yo, pero... El tipo vive enfrente de una comisaría y me empezó a hablar de los policías y de que él se les queja a cada rato cuando no hacen las cosas bien (¿Qué sos?, la Evangelina Carrozo de Saavedra, ¡loco de mierda!). Y seguíamos en la puerta y cuando parecía terminar de hablar y yo me empezaba a ir, tomaba impulso y empezaba de nuevo "Y voy a tener que hablar con los dueños de ese auto, el otro día lo estacionaron todo el día ahí (con la trompa en el espacio de su garage) y les dije a estos (los policías de enfrente) y nada, y les tuve que cuestionar qué es lo que hacen porque... bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla (blank --mi mente reseteada-- blank)".
De repente se acuerda de algo y empieza, "porque yo trabajo en el tema del agua, y ¡ah!, tengo algo para mostrarte, mirá, vení", y se empieza a ir para adentro como haciendo el ademán de agarrarme y llevarme para adentro.
Y ahí, tras unos 25 minutos de la peor tortura, ¡¡ APARECIO EL VERDADERO SEBA !! ¡¡ Yupiiiiii !! y salió disparado en dirección contraria por la calle al grito de "Nooooooo, basta, chauuuu"
A medida que me alejaba se oía de fondo "una sola cosa más..." Y yo con el brazo gesticulaba escapando al canto de "¡Locooooo de mierda, dejame de joder!" Y doblé ráudamente la esquina y seguí rumbo a mi próximo socio dejando atrás esa experiencia surrealista y terminando de trabajar ya de noche gracias a este pelotudo.

Sólo un ejemplo de las adaptaciones que día a día debo llevar a cabo para desempeñar mis labores.
¿Entienden ahora por qué cuando puedo elegir, elijo sólo lo que yo quiero y me gusta?
Sí, yo creo que ahora sí me entienden...