Decisión

Sabía que de las crisis uno salía con algo nuevo.
Pero no imaginé que sería esto.
Por un lado está bueno el poder predecir en el mismo momento que lo sufrís que de lo malo algo positivo saldrá, y por otro también está bueno que esa parte positiva te sorprenda. En este caso lo bueno no es algo que pueda tocar o disfrutar hoy. Es una decisión. Es tomar las riendas. Decisiones tan postergadas a veces, hasta el punto de lo inimaginable. Porque siempre hay miles de excusas, porque siempre hay alguna justificación que aplaca nuestros deseos más internos y nos deja "contentos" por un ratito más. Pero no mucho más, hasta que el barco hace agua por todos lados y los remiendos parciales no resisten.
Esta crisis, el darme cuenta que todo lo que uno pensaba establecido no es tal ni mucho menos, me hizo ver que a pesar del alto precio que tendré que pagar ya no hay vuelta atrás. Lo que ves en la crisis no está contaminado por la costumbre, la rutina, las barreras, la comodidad de lo conocido y lo seguro. No hay escape porque en realidad no quiero escapar, a pesar que sé que la tentación de hacerlo caerá sobre mí muchas veces de ahora en más. Pero ya no podré evitar saber que me estaré mintiendo a mí mismo. A veces necesitamos que nos sacudan para asumir lo que por miedo no enfrentamos. No se puede tener miedo a vivir.
Y el cambio será difícil y groso, pero cuando estás tan fuera del mercado que ni podés comparar precios, ¿acaso podés hablar de costos elevados?
Sheryl Crow dijo "No one said it would be easy". Pero ya no hay vuelta atrás.